lunes, 25 de agosto de 2014

Comunicado Conjunto (Completo).




Comunicado Conjunto (Completo).

El derrame de elementos tóxicos sobre las aguas del Río Sonora, responsabilidad directa del grupo México que opera la mina de Cananea, así como la pretensión de desviar las aguas del Río Yaqui, con el Acueducto Independencia para atender negocios especulativos en la Ciudad de Hermosillo, son males que tienen el mismo origen: el consentimiento indiscriminado -por cerca de treinta años- de parte del Estado Mexicano, a una política económica de libre mercado, cuya premisa es la ganancia monetaria sin importar que esto vaya en contra del medio ambiente, de las comunidades indígenas y del bienestar general del pueblo mexicano.

La contaminación de las aguas del Río Sonora, es la proverbial gota que derramó el vaso con relación a la larga lista de crímenes cometidos por corporativos como el Grupo México, crímenes que van desde los daños a la naturaleza hasta la demostración de un desprecio sin límites en contra de la vida humana, como ocurrió en febrero del 2006 en Pasta de Conchos, cuando este corporativo, con el consentimiento del gobierno de Vicente Fox, después de un análisis costo-beneficio, juzgaron inviable el rescate de 65 mineros que fueron abandonados y terminaron sepultados en el interior de la mina.

Los últimos doce años han sido un paraíso de impunidad para el Grupo México y para los depredadores que ven en los recursos naturales una fuente de saqueo y de ganancias especulativas. En Sonora han gozado de toda la protección del gobierno corrupto de Guillermo Padrés, quien en alianza con el ex presidente Felipe Calderón y con algunos líderes corruptos, montaron un dispositivo de represión, y en violación a la Constitución y a las leyes laborales, conculcaron el derecho de huelga e impusieron a un sindicato espurio para seguir operando la mina de Cananea en condiciones de inseguridad que ahora se ven reflejados con los derrames tóxicos sobre las aguas del Río Sonora.

La naturaleza del Grupo México, es la misma de quienes se encuentran detrás del gobierno de Guillermo Padrés, en el propósito de desviar las aguas del Río Yaqui para alimentar grandes negocios inmobiliarios en la Ciudad de Hermosillo. Es la misma codicia y la misma obsesión por el dinero que los ciega y los hace incurrir en las crímenes que, en este caso, amenazan la existencia de la Tribu Yaqui y las actividades productivas de todo el sur de Sonora, principalmente la producción de alimentos.

Los trabajadores mineros de Cananea, los ocho pueblos de la Tribu Yaqui y el Movimiento Ciudadano por el Agua, reivindicamos nuestra alianza y en razón de lo expuesto, demandamos lo siguiente:

1. Que se le retire la concesión de la mina de Cananea a Grupo México, ante el evidente mal manejo que ha hecho de la misma y que se le reconozcan los derechos laborales a los trabajadores mineros de la Sección 65 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos.

2. Que las autoridades responsables, esto es SEMARNAT y CONAGUA, atiendan las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y suspendan la operación ilegal del Acueducto Independencia, en tanto que es una obra que carece de Manifiesto de Impacto Ambiental y le causaría daños irreparables a la Tribu Yaqui y a las actividades productivas de todo el sur de Sonora.

3. Manifestamos que en apego a estas demandas mantendremos nuestra alianza y en los próximos días daremos a conocer acciones conjuntas de resistencia civil para exigir su cumplimiento.

Hermosillo, Sonora, 25 de Agosto de 2014.

Tribu Yaqui
Sindicato Minero Sección 65
Movimiento ciudadano por el Agua.





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